viernes, 22 de agosto de 2008

Miedo de que no llegue

Gracias flaquita...

Nunca supe lo que mi padre haría. Seguía alcoholizado luego de las tres largas noches de alcohol. A tempranas horas de la mañana, juró a mi madre que no tomaría más, que el papelón de siempre en el Seguro Social, hacía que su cara caiga de vergüenza: 1 suero dextrosa al 5%, para hidratarlo, mezclado con placil, para el vómito y benutrex, para tratar de proteger su hígado. Esto ocurría todos los santos lunes de su vida.

Siempre tuve miedo que mi padre un día no llegue. Por eso decidí que desde ese día lo acompañaría a donde sea. Yo tenía apenas 4 años, pero el amor que sentía -y siento- por él rebasa los límites normales. Entonces, apenas empezó a jurar a mi madre, que no tomaría más, le rogué a ella, que me dejara ir con él, que lo traería sano y a salvo a casa. Mi madre un tanto desconfiada, accedió luego de mirar que mis ojos se aguaron.

Mi padre dijo que iría a su oficina, pero nada. Lo que se le ocurrió fue llevarme donde un vecino, que vivía a 6 casas de la nuestra y volver a tomar. Yo de cuando en cuando alaba su chaqueta para recordare su juramento, pero siempre fue más fuerte el alcohol. Mientras tanto, yo entretenida con Mayrita, la hija de este señor, cuyo nombre no recuerdo –y debe ser por la sentencia de Freud, cuando dice que uno no recuerda los nombres, porque repele, luego de algún suceso poco agradable-. Mi padre, había tomado casi toda la mañana, y ya entrado en copas, me dijo que me quedara ahí, que volvería pronto a recogerme. Entonces yo, obediente y buena, seguí en la juerga con Mayra y su hermano mayor. Teníamos de todo: juguetes, galletas, caramelos, globos. Pero el tiempo pasaba y mi padre no llegaba. Ya hacía frío y el cielo empezaba a oscurecer, y mi padre nunca llegó. Entonces, como a las seis y media de la tarde, viene mi madre, con los ojos empapados y llena de furia, acompañada de una tía suya, quien me había visto en la tienda de la madre de Mayra, y me clava tres correazos por haberme desaparecido.

Qué injusto me pareció todo. Pero poco después de enterarme del infierno que mi madre vivió, al verle llegar a mi padre, borracho y sin mí, luego de saber que mi nombre y mis características físicas estaban deambulando por las emisoras de Riobamba, entendí todo. Las menciones en la radio, a decir de mi madre, decían algo así como: Niña de 4 años, perdida, viste un calentador fucsia, lleva el cabello corto, y tiene en sus ojos oscuros una tristeza particular. Salió de casa con su padre a las 7 de la mañana, pero sólo volvió él, en estado etílico.

Qué terrible episodio para mi pobre madre. Ahora entiendo su desquite conmigo, quien únicamente esperaba que mi padre volviera.

Pati

lunes, 11 de agosto de 2008

Este si no sé de quien también será, ja. Gracias mil, que bueno.

Hola... agradable el blog... un poco de nostalgia me llego al leer los posts... creo que es lindo recordar.... todo lo q nos hizo ser lo q ahora somos... y me he dado cuenta q muchos recuerdos por la melancolia q me trasmiten los he bloqueado voluntariamente... que cosas no?... pero bueno... he tratado de hacer un esfuercito y recordar.... espero poder enviarte mas... si los publicas vacàn y si no... pues igual... gracias por hacerme recordar....

Ahi vaaaaaaaa:

hay demasiados recuerdos de la niñez... lo hermoso en mi caso es q todos los recuerdos q tengo son felices, inocencia y buen humor marcaron mis años de descubrir el misterio mas grande e inigualable que es la amistad...
naci en una ciudad pequeña de las antigüitas, con los padres de antaño y las vecinas chismosas... Todos los dias era una nueva aventura para todos, no habia discriminacion de edad para unirse al grupo...
la religión católica predominaba en mi ciudad, como es obvio luego de los antecedentes, sin embargo existia en mi barrio una iglesia de mormones... a todos los panas nos encantaba irnos a jugar alla, tenian una liiiiiiiiiinda cancha de basket, distinta a la del parke q le faltaba un aro... asi q ibamos alla... el detalle era q entrabamos cuando no estaban los dueños, trepando por un poste de luz hasta una caseta abandonada q anteriormente la ocupaba un guardia.. y desde alli un salto mortal jajaja digno de las olimpiadas para poder entrar a los patios de la iglesia... nuestros papás ni idea hasta q llego el día q por ahi alguno se fue de sincero con la mamá... y fue el relaaaaaaaaajo !!... ya nos kemaban vivos jajaja ... bueno o al menos asi se nos figuaraba a nosotros.. ya nos re-bautizaban por haber pisado suelo anti- catolico... fue duro para que... hasta q años despues caimos en cuenta de la exageracion de nuestros preocupados padres jaja... pero en fin siempre buscabamos otro lugar para jugar.. que para colmo de punterias era tambien prohibido... pero asi es a veces... :P

Anónimo